¿Cómo hacen esas hojas metálicas brillantes? Y resulta que es parte de un proceso llamado acabado. El acabado es esencial ya que contribuye al atractivo estético de una hoja metálica, haciéndola lucir más visualmente agradable, así como mejorando sus propiedades de rendimiento. El metal puede ser acabado de muchas maneras, desde metal pulido para un tacto elegante hasta texturizado para proporcionar un estilo distintivo.
Una buena manera de hacer que el metal luzca muy bien es con algo conocido como recubrimiento en polvo. Un recubrimiento en polvo es un tipo de pintura especial en forma de polvo fino. Cocinan ese polvo a una temperatura tan alta en un horno que literalmente se hornea sobre el metal y se adhiere extremadamente bien. Está disponible en diversos colores brillantes y texturas, desde suaves y brillantes hasta rugosas y opacas. El metal luce fresco y nuevo durante años, generalmente conservará el aspecto de un recubrimiento en polvo recién aplicado mucho tiempo después de que aparezcan rayones o daños en otros materiales.
Un excelente método para dar un aspecto diferente al metal es simplemente cepillarlo. El cepillado: Esto requiere una herramienta en forma de cepillo específica para dibujar líneas en la superficie del metal. Esto resulta en una textura diferente que puede lucir bien y también ser agradable al tacto. Alternativamente, existen productos químicos que se pueden usar para hacer que un metal cambie de color y aparezca viejo o cuidado, algo parecido a una patina pero... diferente. Muchas veces esta técnica se utiliza para lograr un aspecto envejecido o desgastado en el metal.
Antes de poder pintar metal, este debe ser limpiado a fondo y estar libre de cualquier imperfección. Si el metal está sucio o tiene una capa de grasa, entonces esa terminación no se va a adherir en absoluto y tendrás problemas después. Quieres que la terminación se desgaste con el tiempo y no que se levante ni luzca manchada si, por alguna razón, tu tinte no se adhiere correctamente.
Prepara el metal: Es un proceso que requiere pocos preliminares que se deben realizar primero, como limpiarlo; lavar su patina sucia, luego asegurarse de que no queden residuos o lijarlo para que esta superficie de planos definidos quede bien marcada. Una vez que el metal esté libre de contaminantes, necesitarás aplicar una capa especial llamada imprimación. El acabado adherirá mejor y el acabado final puede colocarse más suavemente sobre él. Este método significa que el metal será lo más liso y uniforme posible, lo cual es importante por razones estéticas.
El electrochapado es un procedimiento interesante que te permite aplicar una capa delgada de metal sobre otro sólido colocándolos en un electrólito y pasando electricidad a través de este circuito. No solo este método es rápido, sino que también proporciona un acabado resistente que previene que el metal se oxide y deteriore. Es como darle al metal una capa protectora que lo mantendrá seguro y ordenado durante un tiempo considerable.
El grabado láser, por otro lado, es una forma completamente nueva de acabar el metal. Este proceso implica el uso de potentes láseres para realizar diseños intrincados en el metal. También es excelente para agregar logotipos, nombres u otras cosas. Los láseres son mucho más precisos y rápidos que los métodos tradicionales, por lo que su metal puede estar listo mucho antes, creando tiempos de producción más cortos para clientes felices.